25 PUNTOS PARA OBSERVAR AVES EN EXTREMADURA

A estas alturas para poca gente es desconocido el hecho de que Extremadura es un destino de primer orden para practicar el birding, con una proyección internacional que ha dejado de ser un viejo potencial anhelado para convertirse en una realidad incontrovertible. La diversidad de hábitats y el excelente estado de conservación de gran parte de su territorio permite la observación de una asombrosa variedad y cantidad de aves, entre las que encontramos algunos de los últimos reductos europeos de águila imperial ibérica, buitre negro o cigüeña negra. Además, la presencia masiva de invernantes como la grulla (más de 120.000 en el último censo regional), la asombrosa comunidad de aves esteparias como avutardas, sisones y gangas, la sorpresa de las diecinueve ZEPA urbanas declaradas por la presencia de cernícalo primilla, y la no menos sorprendente diversidad de aves acuáticas en las cuencas del Tajo y el Guadiana con especies tan escasas como avetoros y avetorillos, calamones o charrancitos, componen junto a la impresionante biodiversidad de la dehesa, eje vertebral de nuestros biotopos, un crisol avifáunico difícilmente igualable en el viejo continente.

Por eso hemos pensado que recopilar un puñado de puntos de observación a lo largo y ancho del territorio extremeño que recojan esa variedad de posibilidades era una buena idea, una forma de explicar que al margen de la meca del birding que resulta ser nuestro parque nacional de Monfragüe hay múltiples opciones para disfrutar de esta actividad. Desde luego no están todos los que son, pero damos fe de que los que están no decepcionan y para demostrarlo ofrecemos toda la información necesaria para acceder hasta ellos junto a las especies potencialmente avistables en los mismos; esperamos de veras que sea de vuestro interés y, sobre todo, que lo disfrutéis. Extremadura, birding at its best!    

 

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01 Embalse de Borbollón

Dormidero en invierno de cormorán grande, gaviota reidora y sombría, grullas, ánsares y variedad de anátidas. Colonias de cría de garcillas bueyeras, garza real y cigüeña blanca. Recorrido a pie por la orilla desde el punto recomendado.

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02 Mirador del chorro de los Ángeles

Colonia de buitre leonado y muladar cercano. En cimas, bosque y matorral carbonero garrapinos, collalba gris, escribano hortelano, bisbita campestre, acentor común y currucas. También aguililla calzada, gavilán y azor. Acceso por pista forestal desde carretera de Ovejuela.

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03 El Anillo

A orillas del embalse de Gabriel y Galán, excelente para observar grullas y gaviotas entrando a sus dormideros, gansos, anátidas, cormorán grande y águila pescadora en periodo invernal. Colonia de buitre negro al norte del embalse. Acceso por pista asfaltada.

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04 Puerto de Honduras

Punto de observación óptimo para especies en migración por su altitud y situación. Además águila real, roquero rojo y solitario, pechiazul, colirrojo tizón… y durante la subida aves forestales en castañares y robledares. Acceso por la CC-102 desde Hervás.

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05 Mirador del chorrero de la Virgen

En la reserva natural Garganta de los Infiernos, enclave idóneo para observar buitre leonado, águila real y halcón abejero. También aves forestales como azor, arrendajo, oropéndola, pito real... y en las aguas mirlo acuático. Acceso a pie desde centro de interpretación.

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06 Refugio del Brezo

Refugio de montaña (1400 m). Durante la subida escribano montesino y hortelano, pinzón común, colirrojo real, papamoscas cerrojillo, mosquiteros papialbos, arrendajo, currucas zarcera y tomillera, collalba rubia… Acceso por pista forestal desde Losar de la Vera.

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07 Canchos de Ramiro

Espectacular roquedo para observar buitre leonado, alimoche, cigüeña negra, águila real y perdicera, búho real, halcón peregrino y cernícalo vulgar. En las dehesas águila culebrera, aguililla calzada, rabilargos, etc. Acceso por pista forestal desde Cachorrilla.

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08 Parque ornitológico de Arrocampo

En Saucedilla. Varias rutas y observatorios para aves como calamón, rascón, avetorillo, buscarla unicolor, garcilla cangrejera, bigotudo, pájaro moscón, pechiazul, pagaza piconegra, águila pescadora, ardeidas... Acceso al punto de información por la CC-17.1.

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09 Pinares del Tiétar

Bosques de pino rodeno a orillas del Tiétar con colonias de garza real y cigüeña blanca. También azor, gavilán, cigüeña negra, águila culebrera y calzada, milano real, abejero europeo o alcotán. En los regadíos anejos grulla en invernada. Acceso desde Talayuela.

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10 Portilla del Tiétar

En el parque nacional de Monfragüe, posiblemente el mejor lugar para observar al águila imperial ibérica y al búho real. También cigüeña negra y buitre leonado, y aunque no sean aves, muchas opciones para ver nutrias. Imprescindible.

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11 Monumento natural los Barruecos

Observatorios, berrocales graníticos y humedales para disfrutar de la gran colonia de cigüeña blanca y avistar anátidas, somormujo lavanco, zampullín chico, focha común, ardeidas o cormorán grande en invierno. Acceso desde Malpartida de Cáceres.

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12 Azud del embalse de Alcollarín

Aves ligadas al humedal y a la dehesa que rodea el embalse: anátidas en invernada, limícolas, cigüeña negra, espátula, garceta grande, zampullín cuellinegro, aguilucho lagunero; junto a milanos, aguililla calzada, alcaudón... Acceso desde Alcollarín, en la EX-102.

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13 Estrecho de la Peña

Inmejorable roquedo cuarcítico para observar buitre leonado, cigüeña negra, búho real, águila perdicera y real, halcón peregrino… y pequeñas aves como roquero solitario, collalba negra o avión roquero. Al pie de la EX-102, en el km 92,5.

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14 Mirador de Negrales

En el parque natural Tajo Internacional, ofrece la posibilidad de observar aves como águilas real, perdicera, culebrera, pescadora y calzada; garza real, azor, milanos negro y real, cigüeña negra, buitres negro y leonado... Acceso desde Herrera de Alcántara.

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15 Cañada real del puerto del Pico

Recorrido de 7 km por los llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes para practicar a pie observando aves esteparias como avutarda, sisón, ganga ibérica y ortega, aguilucho cenizo, calandria, etc. Acceso desde el km 13 de la EX-206 o del km 33,3 de la N-521.

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16 Moheda Alta

Parque periurbano con tres torres de observación para avistar grullas y ánsar común en invernada. También elanio azul, aguja colinegra, cigüeña negra, anátidas y paseriformes. Su centro de interpretación completa la visita. Acceso desde la EX-116 (km 5).

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17 Observatorio embalse de las Muelas

En pleno parque natural de Cornalvo, gran variedad de aves acuáticas, cigüeña negra y rapaces como águila calzada y culebrera, busardo ratonero, milanos real y negro, paseriformes… En invierno cormoranes y gaviotas. Acceso desde centro de interpretación del parque.

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18 Vía Verde de las Vegas del Guadiana

18 km por los regadíos para hacer a pie o en bicicleta y observar numerosas aves acuáticas, colonias de canastera y garcilla bueyera, concentraciones migratorias de aguja colinegra o grullas y ánsares comunes en invernada. Acceso desde Villanueva de la Serena o Palazuelo.

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19 Observatorio ornitológico Puerto Mejoral

Enclave idóneo para observar el paso diario entre los comederos y los dormideros de las grullas en invernada y especies rupículas como cigüeña negra, águila real, buitre leonado, águila perdicera o alimoche. Acceso a pie desde el km 47,2 de la EX-104.

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20 Observatorio de aves del embalse de Cuncos

Este pequeño embalse permite observar distintas especies de aves acuáticas como zampullines, somormujos o fumareles. También grulla en invernada y esteparias como avutarda, sisón o aguilucho cenizo en su entorno. Acceso desde km 70,8 de la EX-107.

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21 Lagunas de La Albuera

Dos observatorios para avistar cigüeñuela, fumarel cariblanco, canastera o aguilucho lagunero. Ánsar común, cerceta común, ánade rabudo y silbón o pato colorado en invernada. En el entorno numerosas esteparias. Acceso desde km 9 de la BA-055.

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22 Embalse de Valuengo

Concentraciones invernales de anátidas como silbón europeo, ánade real o cuchara común, además de cormorán grande, somormujo lavanco, zampullín común, garza real o garceta común. También concentraciones premigratorias de cigüeña negra. Acceso desde Valuengo.

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23 Colonia de cernícalo primilla de Zafra

Zona de especial protección para las aves urbana en la localidad de Zafra con importante colonia de cernícalo primilla, principalmente localizada en la iglesia de la Candelaria, el palacio de los duques de Feria, la plaza de toros y la iglesia del convento de Santa Clara.

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24 Embalse de Arroyo Conejos

En época reproductora pagaza piconegra, canastera, charrancito, cigüeñuela, somormujo lavanco, zampullín común, ánades real y friso... En periodo invernal ánsar común, cerceta común, pato colorado o ánade silbón. Esteparias en el entorno. Acceso desde Llerena.

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25 Cerro de Tentudía

Pico más alto de la comarca (1104 m de altitud) alberga bosques mixtos y caducifolios con interesantes aves forestales como gavilán, colirrojo real, trepador azul, mito, picogordo, pito real, herrerillo, etc. Acceso desde Calera de León o Cabeza la Vaca.

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DEHESAS

 

El origen de las dehesas se remonta probablemente a entre cuatro y cinco mil años, en los periodos Neolítico y Calcolítico, cuando el territorio hoy conformado por este hábitat estuvo ocupado por hombres y mujeres dedicados a labores agrícolas y ganaderas, coincidiendo también con el desarrollo del fenómeno megalítico y la aparición de menhires y dólmenes. Precisamente en uno de estos conjuntos de dólmenes, el de Lagunita en Santiago de Alcántara, provincia de Cáceres, se encontró durante una excavación fermento de cebada, lo que nos invita a pensar no solo que ya fabricaban cerveza sino que probablemente para hacerlo cultivaban buenas extensiones de este cereal. Para ello debieron clarear el bosque mediterráneo original, lo que probablemente se vería favorecido además por las incipientes prácticas ganaderas de aquellos embrionarios modelos de organización social.

Las dehesas son por lo tanto un tipo de hábitat antrópico, originado y mantenido durante milenios por la acción del ser humano con el fin de favorecer la producción de pasto y bellotas para su aprovechamiento agrícola y ganadero, además de madera, corcho, leña, carbón, caza, setas y otros productos silvestres como espárragos trigueros, cardillos, aromáticas, etc., siendo probablemente el modelo más antiguo de gestión forestal sostenible que conocemos. Tienen una densidad de árboles muy variable compuesta de quercíneas como encina (Quercus ilex subsp. ballota), alcornoque (Quercus suber), roble (Quercus pyrenaica) y quejigo (Quercus faginea) o por una mezcla de ellas, aunque en Extremadura las más habituales son las dos primeras, especialmente las de encina. Dispersos entre ellas aparecen piruétanos (Pyrus bourgaeana), majuelos (Crataegus monogyna) y un mosaico de matorrales de especies del género Cistus, Genista, Cytisus o Retama, pastos y zonas de labor, complementado con regatos estacionales y charcas ganaderas o pequeños embalses que generan una gran biodiversidad.

En cuanto a la fauna que albergan, se mezclan en ellas especies presentes en áreas abiertas con medios forestales, zonas húmedas, afloramientos rocosos o matorral: rapaces como el milano real (Milvus milvus), milano negro (Milvus migrans), águila calzada (Aquila pennata), culebrera europea (Circaetus gallicus) o búho real (Bubo bubo) entre muchas otras y la destacable presencia de invernantes como la grulla (Grus grus). Entre los paseriformes la alondra totovía (Lullula arbórea), cogujada montesina (Galerida theklae), alcaudón común (Lanius senator), currucas (Sylvia spp.) o rabilargo (Cyanopica cyanus) y mamíferos como el turón (Mustela putorius), la gineta (Genetta genetta) y el conejo (Oryctolagus cuniculus). También anfibios y reptiles como la rana común (Pelophylax perezi), el lagarto ocelado (Timon lepidus), la lagartija ibérica (Podarcis hispanicus) o la culebra lisa meridional (Coronella girondica) y un sinfín de especies de insectos.

Sin embargo este paraíso medioambiental que ha sido además un modelo de sostenibilidad de rotundo éxito a lo largo de los siglos está actualmente en peligro: la enfermedad conocida como la “seca” que mata miles de árboles centenarios cada año es la punta del iceberg que amenaza a este hábitat de alto valor natural y a sus habitantes. En efecto, el patógeno Phytophthora cinnamomi, un Oomycetes o pseudohongo causante de la llamada podredumbre radical, es uno de los principales responsables de la seca de los árboles en la dehesa; el mismo patógeno que causa la tinta del castaño y puede infectar hasta mil especies vegetales distintas. Pero lo cierto es que hay mucho más, puesto que para mantener una dehesa en buen estado deben controlarse también su carga ganadera y sus pastos, mantener la rotación tradicional de los animales, practicar podas no agresivas y principalmente prestar atención el regenerado de los árboles que mueren -lo que se hace en muy pocos casos-, en definitiva, una gestión cotidiana que indudablemente supone gastos. El debate se establece ahora en su rentabilidad, que muchos defienden que es nula ante la subida de estos gastos mientras el precio del ganado y de otros de sus productos se mantiene o incluso baja, aunque hay numerosos casos conocidos que demuestran lo contrario con dehesas bien gestionadas, sostenibles y perfectamente rentables. Lo cierto es que se necesita un buen número de hectáreas de dehesa para que su explotación sea viable y aquí entramos en el problema de la distribución de la tierra, que en aquellos casos en los que recae sobre manos privadas, la mayoría en realidad y con grandes extensiones, depende de la sensibilidad o intereses de cada propietario, mientras que en los que lo hace en modo comunal como las dehesas boyales, son los ayuntamientos y sus propios administrados quienes deciden qué modelo de gestión aplicar, y desgraciadamente no siempre están de acuerdo en cuál es el idóneo.

Por si fuera poco la reforma de la PAC (Política Agraria Común) de la Unión Europea en 2015 supuso un importante recorte de las ayudas a las dehesas al aplicar un nuevo Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP) que descuenta de una parcela el terreno que hay bajo el paraguas de la encina al entender precisamente que ese espacio no es pasto, quitándole por lo tanto en muchos casos entre el 30 o el 40% del terreno subvencionable. Afortunadamente la propia Unión Europea ha reconsiderado su postura entendiendo la peculiaridad de las dehesas en ese sentido y el reciente reconocimiento de las mismas como pastos permanentes en la reforma intermedia de la PAC, permitirá una mayor certidumbre legal y que en el futuro inmediato estas zonas reciban mayores subvenciones comunitarias.

Aunque mucho nos tememos que esto será insuficiente, y que de hecho no debe ser suficiente, pues tiene que depender de nosotros mismos que las dehesas sigan vivas otros cuatro o cinco mil años como poco; y como no puede ser de otra manera recae en la Administración la tarea de salvaguardarlas, con la necesaria, imprescindible, implicación de sus propietarios. Para ello debemos regular más y mejor los modelos de gestión forestal, agrícola y ganadera atendiendo a los numerosos estudios técnicos existentes sobre el tema; legislar para potenciar la explotación de otros recursos endógenos presentes en las dehesas como las setas, cuya regulación es de una necesidad imperiosa en Extremadura, y por supuesto fiscalizar la caza para que su práctica resulte definitivamente sostenible y rentable económicamente para todos, evitando de paso que numerosas dehesas caigan en el abandono de sus propietarios al dedicarlas únicamente a esta actividad no poca veces en dinero negro. Y también debemos proponernos abrir las dehesas al turismo de naturaleza: este hábitat lleno de peculiaridades y biodiversidad, de hecho único en el mundo y solo presente en el cuadrante centro sur de la península ibérica, que sin embargo resulta a día de hoy prácticamente invisible para locales y foráneos. Claro que para esto necesitamos voluntad política, sensibilidad y buenas prácticas empresariales por parte de los propietarios, formación y educación ambiental en nuestras zonas rurales… y esto es más fácil decirlo que hacerlo.

LARUINAGRAFICA EN EL PROGRAMA LIFE

Nuestra participación en el programa LIFE nos coloca a la vanguardia de los proyectos de conservación medioambiental en Europa durante el periodo 2016-2020, una responsabilidad a cuya altura nos proponemos estar.

El programa LIFE es el único instrumento financiero de la Unión Europea dedicado de forma exclusiva al medio ambiente, cuyo objetivo general es contribuir al desarrollo sostenible de los territorios europeos y a alcanzar las metas de la Estrategia Europa 2020 y de los planes pertinentes de la Unión en materia de medio ambiente y clima. Comenzó en 1992 y hasta la fecha ha habido cuatro fases completas del mismo: LIFE I (1992-1995), LIFE II (1996-1999), LIFE III (2000-2006) y LIFE + (2007-2013). Durante este período ha cofinanciado unos 3954 proyectos en toda la UE, aportando aproximadamente  3,1 billones de euros para la protección del medio ambiente.

ZEPAURBAN web

Actualmente se están desarrollando los proyectos de la fase 2014-2020, que cuenta con un presupuesto total de 3.456.655.000 € distribuidos entre los subprogramas “Acción por el Clima” y “Medio Ambiente”. Es en este último en el que se integra nuestro proyecto LIFE ZEPAURBAN, concretamente en el área prioritaria “Naturaleza y Biodiversidad” cuyo principal objetivo es apoyar el desarrollo, la aplicación y la gestión de la red Natura 2000, una red de lugares de alto valor ecológico que constituye a su vez el principal instrumento para desarrollar las políticas de la Unión Europea orientadas a garantizar la conservación de la biodiversidad, prestando especial atención a los hábitats y a las especies de flora y fauna más amenazadas.

LIFE ZEPAURBAN es un proyecto cuyo ámbito de actuación es Extremadura, en concreto las ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) urbanas integradas en la mencionada red Natura 2000, modelo en el que nuestra comunidad ha sido pionera al ser el único territorio europeo en el que se han protegido zonas urbanas: en concreto 21, de las que 19 lo han sido por la presencia del cernícalo primilla (Falco naumanni), un pequeño halcón migrador, principalmente insectívoro, asiduamente ligado en época reproductora a ambientes urbanos y humanizados. El principal objetivo de LIFE ZEPAURBAN es desarrollar un modelo de gestión de ZEPA urbanas que asegure la conservación de esta ave a largo plazo y que sea aplicable a cualquier zona urbana que albergue colonias de la especie.

El programa LIFE financia el 73,89% de los 2.779.810 € de presupuesto total con que cuenta el proyecto LIFE ZEPAURBAN entre el 1 de septiembre de 2016 y el 31 de diciembre de 2020 (52 meses) y en el que participan ocho socios beneficiarios, incluyendo tres administraciones autonómicas, dos organizaciones no gubernamentales, un centro tecnológico y dos empresas entre las que figuramos Laruingrafica, lo que es motivo de orgullo para nosotros pero también de gran responsabilidad; no ya porque tengamos que aportar el 26,11% restante del coste de nuestras acciones, sino, y sobre todo, porque nuestra participación nos coloca a la vanguardia de los proyectos de conservación medioambiental en Europa durante estos años y debemos estar a la altura. Si bien habíamos colaborado en algún proyecto LIFE con anterioridad siempre fue ofreciendo un servicio externalizado, por lo que como microempresa que somos es para nosotros un desafío, y una novedad, participar ahora como socios en un proyecto de esta índole, con un plazo de ejecución al que no estamos acostumbrados dicho sea de paso, lo que se traduce también en una motivación extra para llevar a cabo de forma óptima nuestras acciones.

Pero ¿por qué estamos aquí? Bueno, podríamos hablar largo y tendido sobre esto, justificando nuestra presencia en el programa LIFE con los más de 15 años que llevamos trabajando en el ámbito del diseño y la creación de contenidos para los más variados proyectos, en muchos casos de carácter medioambiental y/o turístico. O con el hecho de desarrollar y gestionar la imagen del Club Birding in Extremadura desde sus comienzos y de haber hecho lo propio con la FIO de Monfragüe en varias ediciones -a lo que habría que sumar nuestras colaboraciones con SEO Birdlife en Extremadura- lo que nos vincula extraordinariamente con proyectos relacionados con las aves. Pero también podemos explicar esta circunstancia con la propia idiosincrasia del proyecto y su carácter innovador y poliédrico; en efecto LIFE ZEPAURBAN contiene numerosas caras que lo vuelven diferente al resto, como el hecho de ejecutarse en el ámbito urbano a pesar de estar integrado en la línea de naturaleza y biodiversidad. Pero también marca la diferencia al proponer el desarrollo tecnológico de nuevos materiales como el mortero de corcho y su aplicación a nidales artificiales de gran eficacia. O se adentra en el complejo mundo del urbanismo al plantear protocolos y normativas que regulen las actuaciones de rehabilitación y las obras en edificios con presencia de cernícalo primilla. E incluso incorpora novedosas estrategias de cara a la conservación abriendo una línea de trabajo vinculada al turismo, dado el potencial interés de las ZEPA urbanas, en muchos casos conjuntos históricos, y de sus notables poblaciones de aves protegidas. Y todo esto sin perder de vista las numerosas acciones de carácter puramente conservacionista y de investigación como son los marcajes con GPS de la especie, el estudio de los hábitats de alimentación, la cría en cautividad, etc.

Y finalmente el aspecto que nos implica más directamente: la comunicación y la visibilidad del proyecto, otra novedad pues en la mayoría de los casos este tipo de acciones suelen externalizarse y tienen, tradicionalmente si bien se aprecian cambios en este sentido, un peso relativo en la línea LIFE. Precisamente ese carácter poliédrico del proyecto, especialmente con su vertiente turística, pedía una gestión de la imagen y la comunicación del mismo mucho más exigente, lo que ha posibilitado la participación de una empresa de nuestras características. Empezando por la creación de la imagen corporativa del proyecto y su manual de identidad, siguiendo por el desarrollo de la web y su permanente actualización o la gestión de sus redes sociales, hasta llegar al diseño y la edición de todos los materiales divulgativos o técnicos del proyecto, merchandising, señalización, exposiciones, material audiovisual… todo forma parte de nuestras acciones dentro de LIFE ZEPAURBAN. Y como ya hemos dicho muy especialmente dentro de la vertiente turística del proyecto y de su imagen, incluyendo la producción de spots publicitarios y de una aplicación para móviles con toda la oferta del producto turístico Urban Birding.

En definitiva un gran reto que supone un antes y un después en la trayectoria de Laruinagrafica: nuestra primera participación como socios en el programa LIFE, a la que esperamos que sigan otras, de la que nos sentimos especialmente orgullosos y cuyos resultados os invitamos a conocer, junto al resto de este magnífico proyecto, en www.zepaurban.com.     

Identificando rapaces diurnas: no solo machos

Extremadura cuenta con veinticuatro especies de rapaces diurnas habituales y, hasta la fecha, con nueve accidentales, es decir, aquellas especies de las que tenemos citas fiables pero generalmente escasas, de algún individuo y de carácter fugaz y que por lo tanto no podemos considerarlas estivales, invernantes ni residentes; a saber: pigargo europeo, quebrantahuesos, buitre moteado, aguilucho papialbo, busardo moro, cernícalo patirrojo, halcón de Eleonora, halcón borní y halcón sacre. Del resto, de las especies habituales, puramente estivales solo consideramos a día de hoy cuatro de ellas: abejero europeo, culebrera europea, aguilucho cenizo y alcotán europeo, pues en cuanto a milano negro, alimoche, águila calzada y cernícalo primilla, aun siendo mayoritariamente estivales conocemos casos de individuos o grupos invernantes; si no se les considera por lo tanto residentes es porque no necesariamente coinciden entre sí y los individuos que invernan en nuestras tierras probablemente no críen en ellas y viceversa. En cuanto a las invernantes habituales ocurre algo parecido pero al revés y solo el esmerejón cumple ese parámetro de forma estricta en la actualidad, dándose normalmente casos de residencia en aguilucho lagunero, halcón peregrino o gavilán y en menor medida de aguilucho pálido y milano real. En cuanto a las residentes lo son estrictamente elanio común, buitre leonado, buitre negro, azor común, busardo ratonero, águila imperial ibérica, águila real, águila perdicera y cernícalo vulgar; y finalmente están quienes como el águila pescadora pueden aparecer en periodo estival o invernante y principalmente en migración. Vamos, que bien sea porque los tiempos están cambiando como decía Dylan, o bien que cada vez hay más gente en el campo que sabe y se interesa por la ornitología, lo que obviamente nos ofrece un mayor conocimiento en este campo, el caso es que cada vez es más difícil catalogar a las rapaces (y al resto de las aves) por su fenología; sea como fuere y dado lo complejo del asunto os lo resumimos en una tabla con sus estatus que probablemente sea la forma más eficaz para entenderlo.

Tabla de rapaces - estatus

No obstante para identificarlas sigue funcionando, o al menos ayuda, tener claro su estatus; así, si vemos la silueta de una rapaz allá lejos en lo alto de color claro y grande en pleno invierno sabremos que no es una culebrera y según en la zona en que nos encontremos (monte con zonas de campeo o grandes humedales por ejemplo) podemos concluir que es probablemente una perdicera o una pescadora, sabiendo que esto último sería menos presumible por su poca presencia en nuestro caso. O si vemos una silueta grande y oscura con una gran cola ahorquillada en época estival podremos adelantar casi sin esperar a tener una visión más nítida, y aún a riesgo de equivocarnos, que estamos ante un milano negro, mientras que si estuviéramos en invierno sería con casi total seguridad un milano real. Lo mismo podíamos decir entre aguiluchos pálidos y cenizos o entre abejeros y ratoneros (al menos en inverno), y esto por poner algunos ejemplos a salto de mata; pobres para los que saben pero quizá algo esclarecedores para los neófitos. Lo mismo podríamos decir del tamaño del ave, que importa y mucho, y de cuya asociación a los aspectos fenológicos de la especie y finalmente a su hábitat acaba surgiendo la identificación definitiva de la misma.

Dimorfismo primilla

Finalmente hay otro aspecto al que no se da tanta importancia -según el grado de especialización del observador, por supuesto- pero que es relevante en el caso de algunas especies: hablamos del dimorfismo sexual. Especialmente en los circus, pero también en azores y gavilanes, sutilmente apreciable en los abejeros y notable en muchos halcones, como es el caso de los cernícalos primilla y vulgar, se produce este fenómeno fruto de la especialización que terminó por diferenciar, bien en cromatismo del plumaje o bien en tamaño, a machos y hembras de algunas especies. Curiosamente es difícil encontrar tablas de siluetas de rapaces en vuelo de un territorio que reflejen esa diferencia y hay que dirigirse a las guías especializadas e individualmente a la representación de cada especie para encontrar información al respecto, lo que podríamos relacionar fácilmente con la secular invisibilidad de lo femenino en la cultura humana, presente como vemos en los más insospechados lugares. Por ese motivo hemos decidido ampliar nuestra tabla de siluetas incluyendo estos casos, pues realmente creemos que enriquece y mejora las expectativas de identificación de estas magníficas especies y, aunque sea poca cosa, de paso sumamos nuestro granito de arena a la singladura hacia un mundo en el que la igualdad entre sexos y su visibilidad sea por fin una realidad.

Ya solo nos quedaría representar, en cuanto a identificación en vuelo se refiere, los casos de aquellas especies que tienen fases diferentes de pigmentación en el plumaje como calzadas, ratoneros o abejeros, y finalmente a los juveniles de la totalidad; pero eso lo dejamos para una próxima entrada.

Identificando rapaces diurnas: no solo machos

Extremadura cuenta con veinticuatro especies de rapaces diurnas habituales y, hasta la fecha, con nueve accidentales, es decir, aquellas especies de las que tenemos citas fiables pero generalmente escasas, de algún individuo y de carácter fugaz y que por lo tanto no podemos considerarlas estivales, invernantes ni residentes; a saber: pigargo europeo, quebrantahuesos, buitre moteado, aguilucho papialbo, busardo moro, cernícalo patirrojo, halcón de Eleonora, halcón borní y halcón sacre. Del resto, de las especies habituales, puramente estivales solo consideramos a día de hoy cuatro de ellas: abejero europeo, culebrera europea, aguilucho cenizo y alcotán europeo, pues en cuanto a milano negro, alimoche, águila calzada y cernícalo primilla, aun siendo mayoritariamente estivales conocemos casos de individuos o grupos invernantes; si no se les considera por lo tanto residentes es porque no necesariamente coinciden entre sí y los individuos que invernan en nuestras tierras probablemente no críen en ellas y viceversa. En cuanto a las invernantes habituales ocurre algo parecido pero al revés y solo el esmerejón cumple ese parámetro de forma estricta en la actualidad, dándose normalmente casos de residencia en aguilucho lagunero, halcón peregrino o gavilán y en menor medida de aguilucho pálido y milano real. En cuanto a las residentes lo son estrictamente elanio común, buitre leonado, buitre negro, azor común, busardo ratonero, águila imperial ibérica, águila real, águila perdicera y cernícalo vulgar; y finalmente están quienes como el águila pescadora pueden aparecer en periodo estival o invernante y principalmente en migración. Vamos, que bien sea porque los tiempos están cambiando como decía Dylan, o bien que cada vez hay más gente en el campo que sabe y se interesa por la ornitología, lo que obviamente nos ofrece un mayor conocimiento en este campo, el caso es que cada vez es más difícil catalogar a las rapaces (y al resto de las aves) por su fenología; sea como fuere y dado lo complejo del asunto os lo resumimos en una tabla con sus estatus que probablemente sea la forma más eficaz para entenderlo.

Tabla de rapaces - estatus

No obstante para identificarlas sigue funcionando, o al menos ayuda, tener claro su estatus; así, si vemos la silueta de una rapaz allá lejos en lo alto de color claro y grande en pleno invierno sabremos que no es una culebrera y según en la zona en que nos encontremos (monte con zonas de campeo o grandes humedales por ejemplo) podemos concluir que es probablemente una perdicera o una pescadora, sabiendo que esto último sería menos presumible por su poca presencia en nuestro caso. O si vemos una silueta grande y oscura con una gran cola ahorquillada en época estival podremos adelantar casi sin esperar a tener una visión más nítida, y aún a riesgo de equivocarnos, que estamos ante un milano negro, mientras que si estuviéramos en invierno sería con casi total seguridad un milano real. Lo mismo podíamos decir entre aguiluchos pálidos y cenizos o entre abejeros y ratoneros (al menos en inverno), y esto por poner algunos ejemplos a salto de mata; pobres para los que saben pero quizá algo esclarecedores para los neófitos. Lo mismo podríamos decir del tamaño del ave, que importa y mucho, y de cuya asociación a los aspectos fenológicos de la especie y finalmente a su hábitat acaba surgiendo la identificación definitiva de la misma.

Dimorfismo primilla

Finalmente hay otro aspecto al que no se da tanta importancia -según el grado de especialización del observador, por supuesto- pero que es relevante en el caso de algunas especies: hablamos del dimorfismo sexual. Especialmente en los circus, pero también en azores y gavilanes, sutilmente apreciable en los abejeros y notable en muchos halcones, como es el caso de los cernícalos primilla y vulgar, se produce este fenómeno fruto de la especialización que terminó por diferenciar, bien en cromatismo del plumaje o bien en tamaño, a machos y hembras de algunas especies. Curiosamente es difícil encontrar tablas de siluetas de rapaces en vuelo de un territorio que reflejen esa diferencia y hay que dirigirse a las guías especializadas e individualmente a la representación de cada especie para encontrar información al respecto, lo que podríamos relacionar fácilmente con la secular invisibilidad de lo femenino en la cultura humana, presente como vemos en los más insospechados lugares. Por ese motivo hemos decidido ampliar nuestra tabla de siluetas incluyendo estos casos, pues realmente creemos que enriquece y mejora las expectativas de identificación de estas magníficas especies y, aunque sea poca cosa, de paso sumamos nuestro granito de arena a la singladura hacia un mundo en el que la igualdad entre sexos y su visibilidad sea por fin una realidad.

Ya solo nos quedaría representar, en cuanto a identificación en vuelo se refiere, los casos de aquellas especies que tienen fases diferentes de pigmentación en el plumaje como calzadas, ratoneros o abejeros, y finalmente a los juveniles de la totalidad; pero eso lo dejamos para una próxima entrada.

Construyendo dólmenes

Hace entre cuatro y cinco mil años, en los periodos Neolítico y Calcolítico, buena parte del territorio de Extremadura -especialmente el hoy fronterizo con Portugal pero no solo este- estuvo ocupado por hombres y mujeres dedicados a labores agrícolas y ganaderas. Es en ese momento cuando se desarrolla el fenómeno megalítico, literalmente el fenómeno de las grandes piedras, que si aparecen de forma aislada se consideran menhires y si lo hacen formando conjuntos dan lugar a los monumentos más conocidos del mismo: los dólmenes.

Los dólmenes son construcciones de carácter funerario, cuyos ritos desconocemos, pero que en algunos aspectos se pueden deducir de la propia tipología de los monumentos. Los hay de pequeña cámara simple, que por su reducido tamaño debieron ser enterramientos individuales u osarios, en los que el depósito debía realizarse por la parte superior. También es el caso de algunos dólmenes con corredor reducido, mientras que en los de corredor más largo los difuntos debían introducirse por el mismo. Un elemento común a todos los depósitos es que junto a los cuerpos o sobre los mismos se disponían ajuares compuestos por armas y herramientas como flechas, hachas o cuchillos; collares, ídolos y elementos rituales o vasijas.

En realidad el fenómeno megalítico tiene un carácter atlántico, floreciendo principalmente en territorios del oeste y sur de las islas británicas, lo mismo que en Francia y la península ibérica; aunque también en Bélgica, Países Bajos, Alemania, Dinamarca o Suecia. En Portugal y en algunas zonas españolas los dólmenes son conocidos como “antas”, probablemente del latín antae, que significaba menhir, y por derivación, pilastras que en lo antiguo se levantaban en los costados de las puertas de los templos.

Menhir del Cabezo (Alcántara)
 

En Extremadura son numerosos los elementos de este tipo que encontramos, bien aislados o formando conjuntos, destacando entre estos últimos el de Valencia de Alcántara, uno de los más relevantes de Europa: 41 dólmenes han llegado hasta nosotros en este municipio, 33 de granito y 8 de pizarra, estimándose que han desaparecido al menos 14. En 1992 fueron declarados bien cultural con categoría de zona arqueológica y son en su conjunto los que presentan mejor estado de conservación de toda Extremadura, gracias a la restauración que llevó a cabo la arqueóloga Primitiva Bueno Ramírez y al hecho de que la mayoría son de granito, material más consistente que la pizarra presente en otras zonas; algunos como el Mellizo (también llamado anta de la Marquesa) son auténticos iconos de estas manifestaciones.

Dolmen el Mellizo (Valencia de Alcántara)
 

Cerca de allí también destaca el conjunto dolménico de Santiago de Alcántara, en el que siguen apareciendo nuevos elementos en recientes excavaciones. Está compuesto de un total de 29 dólmenes de pizarra, lo que como es habitual ha provocado una degradación mayor de los mismos. En el caso de Lagunita III, presenta  una curiosa estructura alrededor a modo de jardín compuesta de piedras de cuarzo de similar tamaño, lo que le confiere un aspecto diferente al resto. En esta misma excavación se han hallado estelas y otros objetos, además de fermento de cebada, lo que parece indicar que ya fabricaban cerveza. Además, en el término municipal se encuentran 8 abrigos con pinturas rupestres y un panel con grabados; sin olvidarnos del centro de interpretación del Megalitismo, una estructura que simula un túmulo con interesantes contenidos sobre este fenómeno.

Dolmen Lagunita III (Santiago de Alcántara)

Muy interesante es también el conjunto de la localidad de Alcántara con hasta 50 dólmenes, si bien más degradados por estar hechos la mayoría con pizarra, lo que se ve compensado con la presencia del imponente menhir del Cabezo recientemente puesto en pie en una magnífica actuación arqueológica. Otros conjuntos son los de Cedillo con 23 dólmenes, San Vicente de Alcántara con 9 o Herrera de Alcántara con 5. Y no menos espectaculares son los casos de grandes estructuras megalíticas aisladas como los dólmenes de Lácara, Magacela, Toriñuelo en Jerez de los Caballeros o el del Milano en Barcarrota por mencionar algunos de los más destacados, porque hay muchos más repartidos por toda la geografía extremeña y la frontera portuguesa.

 

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